viernes, 16 de septiembre de 2011

La noche en que todo se tiñó de negro

Parece mentira que siempre se vuelva a caer en la misma historia de cobardía, desigualdades, soberbia y arrogancia. Un día como hoy, pero hace 35 años, los poderosos e individualistas comandantes de la nación privaron la libertad y el desarrollo como personas a siete jóvenes que simplemente luchaban por sus lógicos derechos bajo el lazo represivo de la junta miliar en pos de una democracia republicana. Los hechos ocurridos el 16 de septiembre de 1976 escribieron una vez más una página de horror en la historia Argentina. El triste episodio es conocido como La Noche de los Lápices, en donde las fuerzas armadas despojaron de sus vidas para no devolvérselas nunca más a siete alumnos y militantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), que simplemente reclamaban pacíficamente un boleto estudiantil con tarifa reducida. Simplemente.
            María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Francisco López Muntaner, Claudio De Acha, Horacio Húngaro y Daniel Alberto Racero aún se encuentran desaparecidos.
            Mientras en el mundo moría la novelista británica Agatha Christie, James Carter era elegido como nuevo presidente de los Estados Unidos y la rumana Nadia Comaneci, con tan solo 14 años, se convertía en un hito de la gimnasia olímpica, en Montreal; Argentina sucumbía cruelmente a una dictadura, que eligió una represión dirigida hacia las organizaciones armadas -en 1976 ya estaban prácticamente derrotadas- y contra sus apoyos civiles. Sin embargo, se extendió a todo tipo de militancias sociales y políticas. Obreros, sacerdotes, abogados, periodistas y estudiantes fueron los más perjudicados.
            En forma de homenaje, el 16 de septiembre fue declarado como el Día Nacional de la Juventud. Y no está mal que así sea. Sin embargo, sería mejor que el afecto sea mirando hacia adentro y que comprenda a la libertad como derecho. Como un regalo. Como la presea más valiosa que se puede tener.
Un espíritu de lucha, un espíritu de movimiento. Para que nunca se pierda la iniciativa de alzar la voz. Como un elemento de lucha. Como un regalo. Como la presea más valiosa. Para construir una sociedad más justa y solidaria. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario