miércoles, 3 de agosto de 2011

Mi biblioteca perfecta

Un saco de huesos (Bag of bones, 1998, Stephen King, Ed. Plaza y Janes) Novela-ficción: Fue la primera novela que me hizo seguidor de las obras del genial Stephen King, nacido en Portland, Maine, Estados Unidos, el 21 de septiembre de 1947. Con más de 30 premios literarios, King, maestro absoluto del terror, como se lo denomina comúnmente, nos regala una historia de amor donde ni siquiera la muerte es capaz de separar a los amantes. Galardonada en 1999 por la crítica como la mejor novela, Un saco de huesos habla del dolor de una pérdida y la esperanza que genera un nuevo amor. De las relaciones personales y los sentimientos. Con tintes sobrenaturales que denotan un pasado oscuro, King logra atrapar a partir de la sensibilidad del lector con una obra sentida y escalofriante. Para leer de noche, con una manta hasta al cuello en estos días de frío.

 Me gusta el fútbol (2002, Sergi Pàmies López, Ed. RBA Libros) Literatura deportiva: Es una radiografía del deporte, en especial el fútbol, en su máxima expresión. Caminando las largas filas de mesadas de una librería de la calle Corrientes, divisé a lo lejos la imagen del holandés Johan Cruyff  ilustrando la portada de un libro. Presuroso lo tomé sin pensarlo y le pagué al cajero la módica suma de veinte pesos sin saber de qué se trataba. Y me topé con una obra indispensable para todo aquel que goza al fútbol como lo hacía Cruyff, pelota al piso, cabeza levantada. Genio y figura. El libro consta de 19 capítulos en los que Pàmies, narrador español, recopila una extensa charla con Cruyff y enhebra diversos puntos que traslucen la ideología y los pensamientos innegociables de uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos. Alguna vez, Pàmies  comentó al pasar que discutir con Cruyff  “ha sido como estar con Picasso y hablar de pintura”. Es que no se puede ser objetivo cuando se habla de un grande.

La última lección (The last lecture, 2008, Randy Pausch con Jeffrey Zaslow, Ed. Sudamericana) Autoayuda-Biográfica: El facilismo de citar la contratapa de esta última lección es suficiente para enmarcar un sueño, una obligación: Muchos profesores en Estados Unidos dan clases tituladas La última lección. En éstas, se les pide que visualicen su muerte y reflexionen sobre lo que es más importante para ellos.
            A Randy Pausch, profesor en la Universidad Carnegie Mellon, se le pidió que diera su última lección. Él no necesitó imaginar nada, pues le acababan de diagnosticar diez tumores en el hígado. Su lección era sobre la importancia de superar obstáculos y aprovechar cada momento: era acerca de vivir.
Pausch en toda su dimensión, retazos de su grandeza:
·        Si pudiera dar sólo tres palabras como consejo, diría, "decir la verdad." Si me dieran tres palabras más, yo añadiría, "Todo el tiempo".
·        Cuando las personas le hagan sugerencias, valorarlas y tratar de llevarlas a la práctica.
·        Una buena disculpa tiene tres partes: "los siento"... "fue mi culpa"... Y "¿cómo lo puedo hacer correctamente?"
·         Las madres son las personas que te aman aún cuando le jalas el cabello.
·        Hay que mantener vivos los sueños infantiles.
·        No podemos cambiar las cartas que nos han dado, sólo decidir cómo jugar con ellas. Voy a disfrutar al máximo cada día, y voy a jugar con mis chicos hasta que ya no pueda hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario